El diagnóstico del cáncer de cérvix o cuello uterino presenta ciertas dificultades, sobre todo en aquellos países en vías de desarrollo, donde no cuentan con profesionales con mucha experiencia ni técnicas precisas para realizarlo.
La biopsia tradicional es la rutina habitual para diagnosticar el cáncer de cérvix, a través de la cual los ginecólogos observan manualmente el cuello uterino con un colposcopio y deciden dónde obtener una muestra de tejido para un examen microscópico más detallado. Para ello es necesaria mucha experiencia clínica.
Ante las dificultades para poder realizar esta técnica, recientemente se ha presentado un estudio sobre un sistema de diagnóstico por imagen a través de inteligencia artificial. Su objetivo es guiar a aquellos profesionales con menos experiencia a seleccionar las mejores zonas para la biopsia para optimizar el diagnóstico de lesiones cervicales.
Para sus autores, este nuevo sistema supone un menor coste económico, así como una reducción de la carga con la que hoy trabajan aquellos ginecólogos que desarrollan su labor en países en vías de desarrollo con menos recursos médicos.
Según este estudio, alrededor de 500.000 mujeres en todo el mundo se ven afectadas por el cáncer de cérvix y, aunque no es de los tumores con más tasa de mortalidad, su frecuencia es mayor en países más desfavorecidos. Además, a medida que la población mundial envejece, los casos de cáncer de cérvix tienen el riesgo de aumentar significativamente.
Por su parte, desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), indican que el 85% de los fallecimientos por cáncer de cérvix se producen en países en vías de desarrollo. De hecho, apuntan a que “es uno de los principales problemas de salud en estas zonas mientras que en los países desarrollados, gracias a las campañas de diagnóstico precoz, ha dejado de constituir una seria amenaza”.
Las conclusiones del estudio especifican que el diagnóstico por imagen asistido a través de la inteligencia artificial mejoró significativamente la precisión del ginecólogo a la hora de detectar el cáncer invasivo. Asimismo, “mejoró ligeramente”, concluyen sus autores, la precisión del profesional para la categoría CIN2-3. Aun así, no la mejoró con respecto a las categorías de CIN1 y cuello uterino normal.
Datos de supervivencia en España
La supervivencia y el control pélvico/ local del cáncer de cuello uterino, se correlacionan con el estadio de la enfermedad. Aunque el pronóstico también depende de otros factores como la edad, el estado general y el subtipo de tumor.
Aproximadamente un 70 % de las pacientes que sufren un cáncer invasivo de cérvix en España sobreviven más de 5 años, según afirman desde la AECC. Se trata de una supervivencia global, sin tener en cuenta edad, tipo histológico o fase de la enfermedad. La supervivencia, ha mejorado en la última década (41% para casos diagnosticados entre 1980 y 1985, y 69% para los diagnosticados entre 1990 y 1994), y se espera que esta tendencia continúe.
Pronóstico según el tamaño del tumor
El pronóstico también varía si existe o no afectación de los ganglios de la pelvis, disminuyendo la supervivencia en caso de afectación a porcentajes entre 45% - 55%. El subtipo histológico adenocarcinoma tiene peor pronóstico que el carcinoma escamoso.